Para Locke, que abordó directamente la problemática de la tolerancia fue Voltaire (1694-1778). A través de su Tratado de la tolerancia y en los artículos "Fanatismo" y "Tolerancia" de su Diccionario filosófico nos encontramos con argumentos que confirman y complementan la defensa de la tolerancia hecha por Locke. Aunque de menor importancia, escribió un extenso poema sobre la tolerancia: La Henriade, en 1723, donde critica el fanatismo y sus trágicas consecuencias. Las bases en que fundamenta el filósofo la necesidad de ser tolerantes, cómo entiende que ha de ser la tolerancia, pero antes hemos de realizar algunas precisiones sobre su filosofía general que consideramos pertinentes.
Es tanto más difícil comprender un comportamiento (y eventualmente aceptarlo) cuanto que uno no conoce los orígenes del mismo. Es por ello que la educación se considera a menudo un vector de tolerancia para la humanidad, por lo cual es un faro de continuidad de todas las magnitudes y circunstancia. Establece una concepción ética de la tolerancia. El respeto al individuo, a sus ideas interviene solamente a partir del momento en que no se puede convocar el poder público contra su manera de actuar; este respeto no aparece globalmente hasta a partir de 1948 y de la declaración universal de los derechos humanos. John Stuart Mill escribió la que podría considerarse una de las mejores defensas de la tolerancia, libertad de pensamiento que jamás se hayan hecho. Se trata del clásico escrito Sobre la libertad, elaborado en 1859.Desde los años 1950, la tolerancia se define generalmente como un estado mental de apertura hacia el otro. Se trata de admitir maneras de pensar, actuar diferentes de aquéllas que uno mismo tiene. Es tanto más difícil comprender un comportamiento (y eventualmente aceptarlo) cuanto que uno no conoce los orígenes del mismo. Es por ello que la educación se considera a menudo un vector de tolerancia para la humanidad, por lo cual es un faro de continuidad de todas las magnitudes y circunstancia. Establece una concepción ética de la tolerancia. El respeto al individuo, a sus ideas interviene solamente a partir del momento en que no se puede convocar el poder público contra su manera de actuar y este respeto no aparece globalmente hasta a partir de 1948 y de la declaración universal de los derechos humanos.
El objetivo general de las instituciones educativas se enfrasca mas en aspectos que potencia la integración de todas las personas, que permitan enriquecer su entorno social y cultural. Al fin, se proponen el desarrollo un abanico de competencias encaminadas que los estudiantes construyan una imagen personal ajustada y positiva de sí mismo, abierta a la adquisición de nuevas identidades y regulada con autonomía y responsabilidad (autoconocimiento, salud, autocontrol, espíritu de superación). También se trata de promover la participación activa en el propio entorno (democracia, civismo, gestión positiva de conflictos), su proyección en el conjunto de la humanidad (solidaridad, paz, ecología), para mantener la comunicación.
En realidad, los conflictos son expresión genuina de incertidumbre que acompaña a toda persona a lo largo de su devenir individual y colectivo. Así pues, los conflictos forman parte consustancial de la existencia humano, por ello, aquellas estrategias que contribuyen a la gestión positiva de dificultades e imprevisto, convirtiéndolos en reto, oportunidades para el progreso (Puig, 1977), están llamadas a ocupar el espacio que les corresponde en el campo de la educación. Educar en el conflicto equivale a educar para la convivencia pacífica, retomando la imperiosa necesidad de que crezcan en ambientes seguros, saludables, en un clima relacional diverso, creativo, cordial y diverso.
Desde el punto de vista la educación – objetivo irrenunciable de la escuela, la sociedad se debería fundamentar siempre sobre el conjunto de potencialidades de cada individuo, por levantar los cuatros pilares aprende a ser, aprender a vivir juntos, aprender a hacer, aprende a conocer, según Delors(1996). Tal como expone Burton Dukes (1990), unos de los objetivos primordiales de la mediación escolar consiste e inculcar en niños, niñas y jóvenes el deseo, las habilidades para crear un mundo más pacífico, lo cual trasciende al individuo, la institución escolar.
Todavía cabe incorporar las aportaciones más recientes de Morin (1999) que nos lleva a reconsiderar la organización del conocimiento superando la fragmentación disciplinaria, haciendo conocer lo que es conocer con lucidez, afrontando lo mismo de un conocimiento pertinente, enseñando lo que significa pertenecer al género humano, sobre la base desde una identidad terrenal arraigada en la intercomprensión, en una ética planetaria. Reconocer sus necesidades más intimas, asumir responsabilidades sus conflictos, utilizarlos para el propio desarrollo y el de los demás (Universite de Paix, 2000).
Tal vez el proceso de mediación supone una forma dinámica de gestión de la convivencia, de los conflictos altamente educativos. Tal vez represente una de las opciones más claras en la hora de educar en el conflicto, prevenir conductas negativas, intervenir en conflictos abiertos, fomentar la reparación; reconciliación entre las personas. Unas de las razones por las que los centro educativos deciden formar mediadoras, mediadores se debe a que los equipos de mediación están integrados por individuos de todos los sectores de la comunidad educativa lo cual produce, de entrada, un mayor acercamiento, aplicación, cooperación entre los mismos. De hecho, los programas de mediación confían en la capacidad de todas las personas; incluyendo a niños(as) y jóvenes, para reconocer sus necesidades más intimas, asumir responsabilidades sus conflictos
Para Bonafé Schmitt (2000) , son cinco las iniciativas que intervienen en la incipiente singladura de la mediación escolar: la existencia de asociaciones cívicas, profesionales o académicas que realizan una importante labor de sensibilización, difusión e información; los movimientos de signos pacifista o humanitarios , que participan en la no violencia y ejercen funciones mediadoras; el interés, el apoyo de las administraciones educativas, que buscan respuesta pedagógicas, preventivas a los conflictos escolares; las instancias mediadoras en el ámbito intercultura; comunitario, que trabajan por el entendimiento entre personas y culturas diferentes .
Ernesto Garzón Valdés sitúa la tolerancia en el filo de dos sistemas normativos, el que llama “básico”, de donde emana la “tendencia a no permitir el acto”, y “el justificante”, del que procede la motivación para “la superación de esta tendencia”, que “es el que proporciona las razones de la tolerancia (2001). La tendencia a no permitir el acto que desagrada o que se desaprueba es así contrarrestada; superada por las razones que aporta el nuevo sistema justificante. Pero esto significa que en la tolerancia genuina ha de darse un “conflicto de razones”, interno al propio tolerante. No ya el conflicto externo entre mis razones, las que pudieran asistir a la parte contraria, pues, entre otras cosas, éstas pueden no constarme o puedo no percibirlas como tales razones. Para el mejoramiento interpersonal.
Según Boque 2003. La mediación proporciona un escenario formal de comunicación, donde la construcción compartida de significados facilita la salida positiva al conflicto. Un autentico proceso de mediador genera aprendizaje sobre uno mismo, sobre los demás, sobre la situación, modelando actitudes de respeto y dialogo. Por lo tanto, sería erróneo confundir con un simple método de solución de problemas. Tal como expone Burton Dukes (1990), unos de los objetivos primordiales de la mediación escolar consiste e inculcar en niños, niñas, jóvenes el deseo y las habilidades para crear un mundo más pacífico, lo cual trasciende al individuo y la institución escolar
Lcda. Ana Contreras